martes, 8 de abril de 2008

En el mercado.

El mercado de Benicalap es un mercado municipal que los Sábados es rodeado en sus cinco calles adyadcentes por un gran mercado ambulante. No hay olor a pescado, ni a encurtidos, ni a mezclas aromáticas de hierbas salvo en la zona donde se venden plantas, ya que el mercado de alimentación es un recinto cerrado y bien separado del ambulante, el mercado huele a polución, el mercado huele a calle, huele a Valencia, y una fina capa de humo blanco de la cercana obra del nuevo estadio de Mestalla te seca la boca con rapidez.

En un paseo de Sábado por el mercado puedes encontrar lo que buscas, casi seguro, o pasear simplemente observando las constumbres de la gente, gente que compra y gente que vende, pero sobre todo lo que hoy me ha traido aquí es enseñar a mi hija las nobles artes de la negociación mercadera. Vale, tiene seis años, igual es pronto, pero si me he empeñado en explicarle lo que cuesta ganar el dinero, justo es que le diga cual es la mejor forma de gastarlo en cosas que necesitámos.

En las primeras paradas un grupo de señoras grandes toquetean la ropa bajo un cartel de tallas grandes. Eso creo que en Zara no existe. Tres negros despliegan sus mantas con lo ultimo del top, y una rabalera gitana les grita como una posesa que las retiren de allí por que le cortan el paso a su clientela y ellos no han pagado. Tres o cuatro personas de las paradas cercanas rodean a los negros, que retiran sus mantas con rapidez. Mi hija, poco acostumbrada a oir chillar me dice...- Papá, que mala la señora.

Me entretengo en una buganbilla morada, y unas tomateras que dá gusto verlas con mucho fruto verde en la parada de plantas. Un pequeño naranjo -Naranjas de la Cina, me dice el tendero también llama mi atención.Pasámos las zapatillas Adudas y los polos Naki, malas imitaciones por cierto, y en abanzadilla 50 metros delante, mi Santa con la más pequeña de mis hijas se vá a mirar algo de ropa. La tengo muy mal enseñada, en veinte años aún no he conseguido enseñarle a ser egoista. Sé que al final del mercado ella no habrá comprado nada para ella, y si algo para las niñas, o para mí. De pronto dos paradas más alante diviso mi objetivo en una parada vacía, unos cuchillos de carne con mango sin remaches, y empieza la lección para mi hija.

- Hija mía, papá necesita comprar una docena de cuchillos de carne para casa, y papá quiere pagar por ellos lo justo, vamos a ir a esa parada de ahí y cuando papá pregunte el precio, tu gritarás ¡¡papá, eso es muy caro¡¡. Lo que vamos a conseguir con eso es que el señor nos rebaje el precio, y ese dinerito nos puede venir muy bién para cualquier otra cosa.¿Lo has entendido?.

Ella me mira con los ojos como platos y asiente con la cabeza, vamos directos al objetivo.

- Buenos días, quería seis cuchillos de estos, ¿a como son?.
- 2 Euros la pieza, me dice el señor.
- Papá, eso es muy caro, dice la aleccionada niña.

El hombre se la queda mirando algo alucinado, -Es un cerebro prodigioso, le digo, mientras se empeña en venderme las maravillas del cuchillo en cuestión que casi corta solo sin esfuerzo ninguno y es facilmente lavable.

- Lo siento, eso es caro, le digo.
- Mire, como llevo la mañana floja si se lleva los seis se los dejo a 1.75.
- Mire usted, yo me llevaría doce por 18 euros (a 1.50, vamos).

Me prepara mis cuchillos, le pago y salgo felizmente sonriente a buscar a mi Santa que he perdido de vista, con más explicaciones a la niña sobre la postura elegida para bajar el precio, la importancia de su frase, bla, bla, bla.

Dos calles más allá encuentro a mi Santa, como esperaba ha comprado para la niña un pijama y unas zapatillas, y a mi un polo beige a rayas azul marino de manga corta, pero además de eso observo en la bolsa una docena de cuchillos exactamente igual que los que yo he comprado. No puedo evitarlo, me temo lo peor, que los halla pagado más caros que yo y la lección no halla servido de nada. Le pregunto casi sin aire,

-¿Que te han costado?
- Doce euros
- Pués no se lo digas a la niña....

15 comentarios:

Arkab dijo...

Jopetas y jopelines, Trikki, tiene usted para acuchillar a todos sus cuñados y aún le sobrarían diez cuchillos (y recuerde que las manchas de sangre en los manteles se quitan frotando con agua tibia de nabos).

La Sobrina dijo...

Mi persona piensa que a ese mercado se le podía haber sacado mucho más partido. Haga usted el favor de pensar más las entradas y no publicarlas deprisa y corriendo. Hay una opción que se llama guardar borrador, a ver si hace el favor de utilizarla y me repase bién lo que escribe.

Por cierto, lo olvidaba, pedaso onanísta.

Trikki dijo...

Oiga Arkab, si usted se me cepilla a los cuñados, ¿con quién leches me meto?. Dejelós hombre, que son buenos chicos (excepto 11 de ellos).

Sobrina, que le den.

ludovico dijo...

Trikki, definitivamente deje los negocios a su mujer (y la educación en economía y finanzas de sus hijas)

Se lo dice uno que no sabe regatear.

ludovico dijo...

Trikki, definitivamente deje los negocios a su mujer (y la educación en economía y finanzas de sus hijas)

Se lo dice uno que no sabe regatear.

Helter dijo...

A mí lo que me gustaría ver es el polo ese beige a rayas azul marino y de manga corta. Cuélgalo en el picasa, anda.

Trikki dijo...

Helter, sus deseos son órdenes para mí, le anticipo que según mi señora se gastó tres euros y es para ensuciarlo en nobles tareas domesticas veraniegas como hacer paella, regar plantas, o hacer agüjeros a las paredes, que no se que pasa, pero eso de que haga agüjeros con el taladro a mi Santa le atrae más que el Went. (Caramba, eso me ha dicho, ¿será verdad?).No se vaya usted a creer que es gran cosa, a ver si le hago la foto esta noche y se la enchufo (la foto digo).

Badil dijo...

A su mujer le salió mejor precio porque sabía exactamente lo que estaba dispuesta a pagar por algo que puede no ser absolutamente necesario en ese momento. Usted quería que su hija viese lo listo que es su padre. Suerte para el vendedor que vendió dos docenas de cuchillos.
El polo, si es impresicindible para la paella, que es a su vez lo más imprescindible, es imprescindible total.

Arkab dijo...

Badil, el que es imprescindible es el señor que es capaz de preparar y describir cómo hace una paella, tal y como ha hecho Trikki.

Trikki, desde ayer es usted mi faro paellero en U, mi guía del jaque mate paellero y mi pastor de no me acuerdo qué igualmente paellero.

Viva la paella de Trikki y viva la madre que lo parió.

Trikki dijo...

Arkab, sepa usted que de aquí en adelante ha sido nombrado aprendiz arrocero aventajado y le iré poco a poco instruyendo al efecto con algún que otro arroz fotografiado y mascadito para mayor facilidad. Ahora bién, me gustaría que supiese los riesgos que corre al cojer usted el punto a estas pequeñas recetas caseras de mi tierra.

Socialmente usted será para su familia "el tío que cocina la paella cojonudammente bién", es decir, lo mismo dará que salve a un niño que se ahoga en el río, que gane el premio Cervantes, o que sea el delantero más goleador de su Sevilla, sepa que nadie le recordará por esto, sino por las paellas que tan estupendamente le salen.

Cuando vaya familia a casa a comer, presupondran que usted les vá a deleitar con su plato favorito, es decir que la comida "creativa" la tendrá que dejar usted para la noche, nada de un estupendo cocido Madrileño que seguro que tanto le gusta, nada de muslos de pavo pincelados al horno con salsa verde de ajo, romero, aceite de oliva todo picado y a la naranja exprimida (cuando esten dorados los muslos en el horno, la naranja),ni nada de costillas a la brasa (en ascua de leña) con salsa de caramelo, usted, por una obligación no escrita, será siempre el tío que cocina la paella cojonudamente bién.

Luego no diga que no le he avisado.

Badil, exactamente, ¿cual fué el libro de auto-ayuda que usted leyó?. ¿Saber y comprar, como comprar lo que se necesita o tecnicas avanzadas de compra?. Yo leí tres páginas de como hablar en público y me aburrí, por eso improviso. Usted debería saber que el arte de vender es hacer imprescindible que ni si quiera es necesario, también debería darse cuenta que todas mis historias suelen terminar parodiandomé a mi mismo, pero claro, venga a buscar manchas, venga a buscar manchas, si es que parece usted la del detergente leñe.

Trikki dijo...

Por cierto arkab, no se me pierda la entrada de mañana por que usted tendrá que aprender unas frases que van con el oficio de arrocero del reino de al-andalus.

ludovico dijo...

TRIKKI, ¿no ha pensado en cambiar el nombre del blogg? Creo que le quedaría mejor HOMO PAELLENSIS. ¿Porqué no hablamos ya de la fideuá? que también tiene su qué.

Trikki dijo...

Señor Vico, hay que explicar las cosas para que si se deciden a probar, salga lo mejor posible.(espero fotos)

Badil dijo...

Disculpe si parecía que le recriminaba, que era sólo una reflexión. Yo soy experta en fisgar en sitios y sitios y sitios para conseguir el mejor precio, pero de regateo.. ni en el mercao ni en el fúrgol. Para eso se necesitan años de experiencia y aquí por el motivo sociológico que sea no he visto yo esa tradición. Mi suegra si que sabe y lo mismo le da el mercadillo, el corte inglés o el banco, que ella lo intenta. Pero paso poco tiempo al año con ella para poder heredar sus poderes.

Trikki dijo...

No se disculpe mujer, que no hace falta.

Badil, intenteló, recuerdo con añoranza la primera vez, es una sensación de satisfacción indescriptible. Desde aquella primera vez nunca estoy satisfecho si se pueden rebajar cinco centimos y no lo he intentado, y le aseguro que soy lo más lejano a un tacaño, no es el dinero, que vá, es la satisfacción.

Hay muchos sistémas, el de mostrar escaso interés cuando realmemte se tiene un gran interés, el de debilitar lo que se compra sacando defectos de lo más inverosimiles, pero hay uno, el menos ético si quiere y el más efectivo, que en las empresas se suele gastar mucho y suele dar muy buen resultado: Jugar con la necesidad del que vende. Si usted quiere comprar ahora piso o casa, sabrá de que le hablo, y si quiere un ejemplo más gráfico, no es lo mismo comprar una docena de cuchillos un Sábado a las nueve de la mañana, que comprarlos a las dos si el que vende, no ha vendido casi nada.

No crea que hay que valer, o ser un tiburón de las finanzas para esto, nada más lejos de la realidad, sólo hay que ponerse.