martes, 22 de abril de 2008

El mago y la Coz


En las entrañas del Planeta Pecado estaba ubicado el local de Burt, el ornitorrinco más marchoso de todo el universo conocido. La flor y nata de la galaxia se daba cita en ese local de alterne donde Sam, un multitentáculo de tres ojos del Planeta Negro tocaba en el piano canciones de antaño a un ritmo infernal con su voz desafinada. Sobre la barra de acero un Terricola vestido de bombero se contorsionaba haciendo las delicias de las Orgasmus, del planeta Multiorgasmus, hembras con seis pechos y tres clítoris ubicados a lo largo de su cuerpo escamado. Todo era calma escandalosa en el local de Burt cuando en la barra me senté para pedirle tercer tinto de verano.

Tres tipos muy extraños junto a mí bebían sus copas, un hombre de paja, un hombre de hojalata y un león, y digo extraños no por lo que eran, allí había seres mucho más extraños que ellos, sino por sus sollozos, ya que no paraban de llorar en lo que parecía iba a ser la típica borrachera antidepresión. Sentí lástima de ellos y tras apartar de un leve empujón a la sietebocas del Planena Urano, decidí preguntarles que les sucedía.

- Yo estoy así por que quiero un cerebro, me dijo entre sollozos el hombre de paja.
- Yo estoy así por que quiero valor, soy un cobarde, me dijo el León
- Yo lo que necesito es un corazón, me dijo el hombre de hojalata.

- El valor Señor León está muy sobrevalorado, le dije para animarle, la Galaxia es de los cobardes y no tiene necesidad de valor para nada, el miedo es muy lícito en todos los seres humanos y cada uno tenémos nuestros temores, hasta creo que es bueno tener miedo a algo ya que eso demuestra que somos humanos.
- No lo había visto desde ese punto de vista, me dijo el león.
- Hombre de hojalata, el corazón si no sabes usarlo sólo guarda resentimientos, el verdadero amor nace en el cerebro, tampoco le es imprescindible para vivir bien ya que nunca tendrá un desengaño amoroso por ejemplo, por tanto será más feliz y hará felices a otras personas con los sentimientos generados por su cerebro.

Al terminar mi alegato me día la vuelta sobre ellos y bebí de mi tinto de verano, hasta que el hombre de paja golpeó suavemente mi espalda para reclamar mi atención.

- Oiga, que a mi usted no me ha dicho nada para animarme.

- Ah, si, perdone, tiene razón, en el periodico El Mundo hay una vacante para usted.

8 comentarios:

Helter dijo...

De hombres de hojalata sin corazón y leones sin valor algunos hay, pero de hombres de pajas hay a punta pala.

Arkab dijo...

Y mujeres, Helter, y mujeres. Infinitas y con un solo clítoris.

Trikki dijo...

Pero que reguarros son ustedes, y luego encima me acusan a mi, son capaces de ver la paja en el ojo ajeno y no en el suyo propio, o algo asin.

Trikki dijo...

Y por cierto, por si lo habían pensado, afirmarles que si, soy un vago y le he mangado la foto a Helter para no buscar otra.

Trikki dijo...

Oigan, que putada que las encuestas sean privadas y no sepas quién vota qué.

Arkab, pasa a ser usted el primer sospechoso.

Badil dijo...

¿Y está seguro que eran sollozos lo del hombre de paja?

Helter dijo...

A ver, Trikki, le dije que le pasaba mi foto en blanco y negro a lo Michelle Pfeiffer con la condición de que no dijera que soy yo. Ha traicionado mi confianza, así que no le pasaré aquella otra, mucho más explícita, que le prometí.

Arkab dijo...

Me apunto a la Pfeiffer. Voy a ponerla en mi blog.