lunes, 19 de mayo de 2008

Vida y obra de Macumba Romero

El sol se ponía al atardecer en la granja de los Romero. Niebla, Simón y Pumba, los caballos de la propiedad, eran cepillados por el mozo de cuadras con aquella maravillosa luz que proporcionaba la puesta de sol. Sobre los pinos, los pájaros cantaban y dos pequeñas ardillas rojas jugaban con una piña caída del árbol. Todo era silencio y tranquilidad en la granja de los Romero, silencio tan sólo roto por el cantar de los pájaros y algún que otro relinchar de niebla, el más quejica de los caballos.

En una mecedora en el porche, ante tanta tranquilidad, Macumba Romero, a sus 78 años de edad, contemplaba revolotear a las abejas sobre una fuente cercana. Ahora que su larga vida terminaba, Macumba llevaba ya unos días repasando mentalmente como había pasado por ella y cual iba a ser su legado para la humanidad. Se había puesto en contacto con Silver Kane, conocido escritor apodado "el negro" por famosos y conocidos a los que había echo algún trabajo en su nombre. Escribiría su vida para él y sería su obra póstuma.

Y allí, es aquella paz casa Romero Macumba esperaba la llegada de "el negro", recordando aquel barco que trajo de Cuba a su familia hacía ya 74 años.

El "negro" era un tipo bastante delgaducho y de ojos profundos. El trato había sido el habitual con Macumba, por un 5% de las ventas, él escribiría su vida, la novelaría. Sentados en el porche, el "negro" no podía dejar de observar a Macumba Romero Remero, un día rey del porno, un día apodado "miembro de oro" por la profesión. La vida pública de Macumba era de sobra conocida, no había nadie que desconociera de su brutal atributo sexual,o aquellos anuncios multipremiados para Nike, las portadas de la revista machos, o la famosa y mundialmente conocida película, su mejor obra tal vez, "el hombre que susurraba a los caballos, pero la tenía más grande que ellos".

Macumba, junto a su garrote (de madera) apoyado en un poste (de madera), y sentado en su mecedora de mimbre, se disponía a empezar su historia para él...

Mi padre , George. A. Romero, era Cubano de dos generaciones y mi madre Bruna Antonia Remero, era hija de Gallegos. Lo primero que debes saber, es que mi madre, escondía un secreto que sólo ella sabía...Mi padre, era un pollicorta, y mi madre sufría esto en silencio. Sólo 7 cm. de pene en estado de erección, hacían que mi madre viviera acomplejada sin disfrutar las maravillas del sexo. Ella, no quería que su futuro hijo hiciera pasar a su mujer por el sufrimiento que ella estaba pasando, desdichada y sin gozo, así que con la ayuda de una bruja de Santería amiga suya, y en el 4º mes de embarazo, hicieron un rito para el que ncesitaron dos gallinas, un rabo de toro, una pizca de pelo de caballo y un poco de perejil.

A los 5 meses, nací yo. Al nacer, mi pene ya medía 18 cm y pesé 4,800 Kg., Pero mi padre en un ataque de celos, pensó que yo no era su hijo...

Fue entonces cuando Macumba se puso en pié agarrando fuertemente su garrote de mano, e hizo una seña al mozo de cuadras. Sobre ellos, unos altavoces en el porche empezaron a emitir música, una música que no le era desconocida al "negro", era la canción hijo de la luna de Mecano, pero sólo su música, y Macumba, cuan Plácido Domingo en la ducha por las mañanas, empezó a cantar con su profunda voz...

El cubanoooooo a verseeeeee despolladoooooo
Se fueeeee a su mujer cuchillooo en manooooo
de quien es el hijoooooooooooooooo?
masengañaooo fijooooooooooooooo
y eseeeee cachoooo troncóoooooooooo


Brunaaaa quiere ser madreeeeeee
y no quieree una nuera sin satisfacciónn
Dime Brunaaaaaa mulataaaaaaa
pa que quiere Macumba ese peaso naboooooón


aaaaaaahhhhhhhh aaaaaaaahhhhhhhhhhh

hijooooooo de la Bruuuuuunaaaaaaaaaaa

Y las nochesssss que hallaaaa luna llena
Macumbitaaa laaaa tendra mu "plenaaaaa"
y si el niñooooo llooraaaaaaaaaaa
miraleeeee el nabillooo
no lo tengaaaaaaa liadillooooooooo

(CHAN CHAN)

Y si el niñooooo llooraaaaaaaaaaa
miraleeeee el nabillooo
no lo tengaaaaaaa liadillooooooooo

Macumba tomó asiento de nuevo y se hizo el silencio en la casa. Ante él, un "negro" anonadado tomaba notas en su libreta y hacía cábalas mentalmente. Tras saber el secreto de Bruna Remero, veía suculentos beneficios en la novela de Macumba Romero. Pero eso sólo había sido el principio...

2 comentarios:

Helter dijo...

¿Solo necesitaron dos gallinas, un rabo de toro, una pizca de pelo de caballo y un poco de perejil? Nen, paténtalo y te forras.

ludovico dijo...

A ver, tengo un amigo de un amigo de un amigo al que le interesaría saber si todo éso se cuece, se fríe, o se macera antes de la aplicación.