martes, 13 de mayo de 2008

ADICCIÓN

-Hola, soy Nacho y soy adicto al sexo telefónico.
-Hola, soy Vanessa y soy adicta a las compras compulsivas.
-Hola, soy Juan y soy adicto a la coca.
-Hola, soy Malena y soy adicta al cirujano plástico.
-Hola, soy María y soy adicta al juego.

La mirada de los cinco participantes de la terapia y el psicólogo especializado en adicciones de la U.C.A. se clavó en mí esperando mi intervención.

Había llegado a la Unidad de Conductas Aditivas por recomendación del médico de cabecera, me dijo que era una entidad no gubernamental, sin ánimo de lucro en la que podría encontrar tratamiento a mi problema. Se notaba mucho en aquel bajo la falta de medios, no había timbre para llamar, el techo era la propia bovedilla y las vigas vistas, dos cables colgando que sujetaban las pantallas luminarias, las paredes de yeso que estaban llenas de humedades, un suelo de cemento pulido y dos mamparas que separaban un pequeño despacho de la sala de reuniones donde nos encontrábamos. En ese despacho siete sillas colocadas en círculo con seis adictos y Fernando, el psicólogo del centro para este tipo de problemas de adicción.

Previamente a la cita Fernando me había entregado un cuestionario genérico y habíamos charlado de mi problema durante un buen rato, donde además de datos personales, me solicitaba información sobre si tenía algún proceso judicial abierto. Cuando avergonzado le conté mi problema a Fernando, me dijo que no tenía de qué avergonzarme, que lo importante era que yo era consciente de mi problema, y que en este País más del 60% de las personas eran adictas a algo, con o sin conocimiento.

- He visto adicciones de todo tipo, me dijo con esa pausada y suave voz de psicólogo que te inspira confianza, las más clásicas son las relacionadas con el sexo, el alcohol y las drogas o el juego, pero no las únicas, tuve una vez hombre que era adicto a la manzana verde, no podía pasar un sólo día son comer una, a otro le tuvimos que encerrar en un habitación blanca por su adicción a los Simpson, lo que mucha gente no sabe es que en el momento que no puede pasar cuarenta y ocho horas sin hacer o tomar algo en concreto, ya se es adicto a ese algo. Los videojuegos puntúan su adicción, las máquinas traga perras son estudiadas antes de salir de fábrica para que la provoquen, todos hemos oído hablar de ese libro que nos "engancha", en el momento que nuestros instintos más básicos son los que deciden por nosotros, ya somos adictos aún sin saberlo. En principio los adictos cuando se dan cuenta suele ser tarde, y empiezan a mostrar su arrepentimiento, y a pensar que no lo van a hacer más, y es ahí, justo ahí cuando uno piensa que no va a volver a hacer algo y lo hace, cuando la adicción ya se ha convertido en un problema, más grave cuando además es algo que auto lesiona tu salud física y mental.

- Pero es que lo mío es más grave, le dije, es una cosa que va totalmente en contra de mis principios, algo de lo que me estoy arrepintiendo nada más hacerlo, pero que no puedo evitar hacer de ninguna manera.

- Lo tuyo es una adicción como otra cualquiera, me dijo, te repito que lo importante es darse cuenta. Vas a pasar a la terapia y serás uno más de los que cuenten su problema al resto de participantes.

Los ojos de los seis seguían clavados en mí y no me salía pronunciar la frase como al resto de mis compañeros. La vergüenza me embargaba y mi cara ruborizada daba clara pista de ello. Por fin me atreví cuando Fernando con su mano me indicaba algo así como "es tu turno".

Hola, soy Felipe y soy adicto a las mañanas de la cope, con Federico Jimenez Losantos.

4 comentarios:

Helter dijo...

jajajajajajajajajajajajajajaja
Aún recuerdo cuando Eric Clapton, cuando alguien le reprochó su alcoholismo, se justificó diciendo que claro, como había tenido que dejar la coca...

Trikki dijo...

Las series dela tele son adictivas, y las de aquí cada vez las hacen mejor. Aprovechando la huelga de guionistas yankees le recomiendo alguna Españolada, que están mejorando por semanas.

Soy adicto a las juanolas, por eso no las compro.

Sr.DelGaS dijo...

Qué grande... pero lo de la Cope es bastante peor, es incluso peor que cualquier droga de diseño.

Ah, por cierto, yo soy adicto al baloncesto, que implica, por supuesto, lesiones físicas :P

ludovico dijo...

Ni son todos los que están ni están todos los que son. No hay suficientes UCAs en España para rehabilitarlos.