Cuando conté esto a mi mujer, la primera en estado que correspondía a los hijos de mi padre, fue bastante comprensiva con ello, puede que entre otras cosas por que seguimos disfrutando de la magnifica herencia en forma de cuadros, dinero y oro de dudosa reputación, que de generación en generación nos ha servido para vivir la vida sin dar palo al agua. -Tú decides el nombre, me dijo sin ningún tipo de problema.
He estado mucho tiempo, desde que supimos el sexo, sopesando que nombre le pondremos al primer varón de la familia, claro, con la letra G como debe ser, hasta que por fin, fue anoche cuando una aparición divina me hizo dar con la respuesta al enigma. No podía ser otro nombre, esa persona que subido en la Cibeles con la bandera de la gran ESPAÑA en mano, hace que su nombre se escuche hasta en Marte, que cientos de personas se movilicen y hagan imposible conciliar el sueño a la pobrecita gente trabajadora que de buen Lunes se tiene que ganar el pan.
Sin temor a equivocarme, se llamará Gaúl.

1 comentario:
Ha habido un nanosegundo en el creí que iba a decir Guti. Es usted un sol, Trikki.
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