lunes, 5 de mayo de 2008

El punto G

Genaro, German y Gumersindo eran los nombres de mi abuelo, bisabuelo y tatarabuelo respectivamente. Por una promesa realizada al tatarabuelo Gumersindo en su lecho de muerte por mi abuelo, el primer vástago nacido de cada nueva generación debería llevar un nombre que comenzara por la letra G, como mi hermana Genoveva por ejemplo, en un recuerdo honorífico al tatarabuelo Gumersindo, jefe del clan y hacedor de fortuna en la venta de bolsas de agua para calentar las camas en el frío invierno.

Cuando conté esto a mi mujer, la primera en estado que correspondía a los hijos de mi padre, fue bastante comprensiva con ello, puede que entre otras cosas por que seguimos disfrutando de la magnifica herencia en forma de cuadros, dinero y oro de dudosa reputación, que de generación en generación nos ha servido para vivir la vida sin dar palo al agua. -Tú decides el nombre, me dijo sin ningún tipo de problema.

He estado mucho tiempo, desde que supimos el sexo, sopesando que nombre le pondremos al primer varón de la familia, claro, con la letra G como debe ser, hasta que por fin, fue anoche cuando una aparición divina me hizo dar con la respuesta al enigma. No podía ser otro nombre, esa persona que subido en la Cibeles con la bandera de la gran ESPAÑA en mano, hace que su nombre se escuche hasta en Marte, que cientos de personas se movilicen y hagan imposible conciliar el sueño a la pobrecita gente trabajadora que de buen Lunes se tiene que ganar el pan.

Sin temor a equivocarme, se llamará Gaúl.

1 comentario:

Arkab dijo...

Ha habido un nanosegundo en el creí que iba a decir Guti. Es usted un sol, Trikki.