viernes, 13 de febrero de 2009

No me sea delicado,que le conozco.

Bién, que puede que usted al ver este momento cinematográfico piense "es que vaya piernas, que no acompañan" y yo quizás esté de acuerdo con usted, pero lo que yo realmente pretendía de esta escena, es recordarla por la estupenda iluminación merecedora de dos o tres Oscar. Fijese, fijese que gran juego de luces durante toda la escena. Vale, que ya se le veía aquí al señor que no tardaría en echar unos kilitos de más, pero no, no se me despiste, se me fije en la iluminación.

1 comentario:

Badil dijo...

Si era bueno el iluminador que hasta el Rourke parecía guapo en esta peli.No le digo más, un mago.