Cara de palo apuraba su segunda botella de Bourbon de la noche recostado en su sillón de cuero negro a punto de caer en el más profundo de los comas etílicos. Fue en 1934 cuando se dio cuenta que todo el trabajo realizado hasta el momento no le servía para nada y cada noche el refugio del Bourbon le permitía conciliar el sueño de la mejor manera posible, sin pensamientos y sin dolor, sin lamentos, él, la soledad y el licor. A la mañana siguiente sabía que vendría la Señora Dubis quien suavemente le despertaría para llevarle a su cama donde le esperaba un buen vaso de leche que nunca tomaba, y dos analgésicos. Cara de palo no tenía ningún problema en que la Señora Dubis le gritara cuando se lo ponía todo perdido, es más, cara de palo no escuchaba si no le gritaban debido a la profunda sordera de la que era poseedor por culpa de una infección de oídos. Mae terminaba de dejarle por otro hombre, su segundo matrimonio fallido, vendió a Louis B. Mayer su pequeña unidad de producción en 1928 pensando que sería el negocio de su vida, pero esto cortó sus alas creativas empezando a hacer películas comerciales con Jimmy Durante que él odiaba profundamente por su escasa calidad, pero el público adoraba, no se adaptaba al sistema de estudios con MGM. Solo,borracho y atormentado, se ocultó cara de palo durante la década de los años 30 mientras sus compañeros Lloyd y Chaplin alcanzaba las cotas más altas de popularidad y respeto.
A pesar de estar oculto, cara de palo no dejo de trabajar para MGM, en sus pocos ratos de lucidez y sin alcohol de por medio, o tal vez en sus pocos ratos de lucidez mental alcoholizado, se convirtió en escritor de gags de algunas de las películas de los hermanos Marx, pero su relación con el cine hasta el final de sus días ya nunca sería la misma en un claro ejemplo de personas con talento a las que la maquinaria comercial de Hollywood no les deja crear. Hoy día, esa maquinaria sigue funcionando exactamente igual, entre lo comercial y lo muy comercial, sólo a alguna pequeña isla en el inmenso mar del cine se le permite hacer cine de autor y con su propio sello. Cuando recibieron su Oscar ya lo dijeron los Coen, "a nosotros con que nos dejen nuestro pequeño trocito, nos conformamos", y ese era el trozito que nunca pudo conseguir Joseph Frances "Buster" Keaton, cara de palo.
5 comentarios:
Tengo una colección de películas de Buster Keaton que salió en fascículos que he disfrutado muchas veces, en especial con mi hija pequeña, pero lástima que sea en VHS, desde que compramos el DVD ya no he vuelto a verlas. Primero fue el vídeo el que mató la estrella de la radio, y ahora, el que a hierro mata...
Oiga Vico, que yo tenía una ilusión tremenda con que mis niñas pudieran ver el vídeo de la boda de sus Papis, y me encontré con el mismo problema, por que el vídeo ya ha desaparecido, y me soplaron 30 lauros por pasármela a dvd, pero en su caso (que serán bastantes pelis)casi es mejor que se espere a que algún diario tenga a bien ofrecerlas por un módico precio. Si es El Mundo, pues a fastidiarse toca, se va usted a su kiosco, mira a un lado y a otro para observar que nadie le ve, silba para disimular y rápidamente lo engancha y lo mete debajo de algo para que no se vea.
Mire, yo soy montonero por naturaleza, le explico, cuando voy a un centro comercial destos gigantes tipo Carrefour o Alcampo, siempre hay un montón de películas desordenadas a 1,95€, donde si buscas y buscas casi siempre encuentras alguna joya en dvd (mono, vale) de aquellas de antaño, hace poco compré "charada", eso sí, que me lío ahí a mirar y se me pasan las horas, casi es el equivalente a cuando una señora (de las que no hace pixing, digo)busca una falda.
Oiga ud. es muy joven, a mi me pasaron la peli de mi boda de super8 a VHS (y la voy a dejar como está)Lo mejor es hacerse con un reproductor de DVD mixto, que también reproduzca VHS.
Yo revuelvo los montones de los cds de música clásica, ya ve.
Pues yo de mi boda tengo una afoto polaroid. Y no vea el dineral que me están pidiendo para pasarla a óleo sobre tela.
Huy, pues la de mi boda me la hicieron en punto de cruz; no se imaginan la de semanas de posados que tuvimos que hacerle a la abuela hasta que por fin la terminó.
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